Intento de abducción de una familia en Cantabria por extraterrestres

Mariano García Ponté es una persona normal, o así se define él mismo, nunca le preocuparon mucho las cosas tal y como nosotros conocemos el mundo, me explico, Mariano vive en el campo, el pueblo más cercano a su casa está a más de 15 kilómetros por caminos de alta montaña.



Mariano está acostumbrado a ver televisión oír la radio, incluso está aprendiendo a utilizar un ordenador. Su día a día consiste en ordeñar a las vacas, tiene ocho y unos dos pares de ovejas, cabras y unas gallinas, le encanta el queso y sobrevive gracias a que vende o cambia quesos, verduras, hortalizas, huevos, por lo que necesita en los pueblos cercanos.

También tiene huerto, con cebollas, pimientos, lechugas, berzas, hortalizas. Su mujer Gracia Martinez Salomero ayuda a Mariano en todo, junto a su hijo pequeño que aún no va a clase.

Según la familia García, este fin de semana hubo un intento de abducción en su granja. Gracia estaba dando el puré al niño cuando advirtió una vibración por toda la casa, automáticamente salió corriendo fuera de la vivienda, pues pensó que podía tratarse de un terremoto, al salir y girarse hacia la casa vio lo que define como. "Una especie de batidora gigante con luces, echaba una especie de espuma transparente que no era espuma pero era como humo, pero no olía a humo".

Atónita por lo que estaba viendo corrió hacia la caseta donde Mariano estaba ordeñando los animales, cuál fue su sorpresa al ver a su marido flotando en la caseta mientras los animales espantados flotaban al rededor de él. Esta vez no había visto nada encima de la casa que le hubiera extrañado.

Gracia, asustada, dejó al pequeño que llevaba en brazos, debajo de una especie de pilón de madera donde pastan los animales, con hueco debajo y rápidamente ató a su marido con una cuerda de pita y tiró de él hasta que de repente calló al suelo, bruscamente, la niebla rara estaba ahora encima del pilón donde estaba el pequeño Miguel, que tuvo suerte porque la nube tiraba de él hacia arriba pero las barras de madera impedían que el pequeño Miguel pudiera ser abducido.

Cuando Gracia, observando que la especie de batidora, en la que imaginaba a aquellos extraños marcianos que querían llevarse a su hijo, empezó a lanzar huevos como loca junto a Mariano, gritando  y esperando que esa cosa rara se los llevara a ellos pero dejara a su pequeño. Cuando Gracia se lanzó hacia el pilón a coger al niño o que les llevaran a los dos gritaba Mariano refiriéndose a él y Gracia, Mariano absorto por el valor de su esposa no se lo pensó y se arrojó a agarrar los pies de su señora,  que agarraba a su hijo agarrados al pilón abrevadero.

Florencio, un abuelo madrugador, apareció con la furgoneta como todas las mañanas, venía por su leche y cuál fue su sorpresa, al encontrarse la especie de batidora encima del pilón con la familia García gritando debajo. Se puso a pitar mientras llamaba a la guardia civil, tuvo que decir que le estaba dando un ataque al corazón, porque empezó relatando lo que estaba viendo y la guardia civil no le creía.

La familia García a perdido tres vacas, dos cabras y tres ovejas en la peor mañana de su vida, aunque dan las gracias por contar esta extraña experiencia, que sin duda marcará sus vidas para siempre.

La guardia civil se ha prestado a dejar un dispositivo de vigilancia, por si regresaran de nuevo, por lo visto han tomado en serio el relato de Mariano al trasladar los cadáveres de los animales afectados al CSIC en helicóptero, según la guardia civil, es imposible que Mariano haya cortado a los animales como estaban cortados, sin sangre y con testigos de haber visto aquel increíble suceso de abducción de personas.

Se ha decretado secreto de sumario, aún así, aquí está.