Pero la enfermedad no nació en España: el primer caso se registró en Fort Riley (Kansas) el 11 de marzo. Al alba, un joven soldado se presentó en la enfermería del fuerte quejándose de fiebre, dolor de garganta y dolor de cabeza. Al mediodía, el hospital contaba con más de 100 casos, en una semana, había 500.
Aunque diversos informes decían que en varios barcos habían tenido que lanzar por la borda a muchos soldados indios, que habían enfermado y muerto con anterioridad en los traslados de tropas.
Durante la primavera, 48 soldados murieron en aquel destacamento. En un solo año mató entre 50 y 100 millones de personas y se estima que enfermó al 55% de la población mundial. Hasta hoy, se considera la pandemia más devastadora de la historia humana.
Los Aliados de la Primera Guerra Mundial la llamaron gripe española, por estar en la ruina y ser dependiente los casos recibían más atención de la prensa en España que en el resto de Europa, ya que el país no se vio involucrado en la Gran Guerra y por tanto se exageró toda la información sobre la enfermedad.
Esto lo utilizaron los demás países para insinuar que España era el epicentro de la pandemia, porque España reportaba muchos de sus casos, aunque no había participado en el conflicto.
Como el índice de contagio era del 50%, era muy fácil contagiarse, los países estaban en guerra y escondieron que era altamente contagioso, pero que estaban todos seguros en el resto del planeta, porque era "fiebre española". Lo que hizo que se extendiera como la pólvora.
Una pandemia como esta, de nivel 5, que tuvo lugar de 1918 a 1919 y parte de 1920, no sólo superó en cantidad de víctimas a la Peste Negra, sino que además incluso multiplicó varias veces en número a los caídos por la guerra misma. En total el 2,5% de la población mundial pereció y un 20% sufrió el contagio de este subtipo del virus de la gripe, científicamente denominado H1N1. De hecho, su índice de mortalidad es cientos de veces superior al de los subtipos comunes de gripe (una relación que va al 0,1% para los subtipos comunes, del 2,2% al 20% en el subtipo H1N1).
Se logró contener la pandemia decretando toque de queda, detenciones de ciudadanos que circularan por la noche sin protección respiratoria y esperando un año hasta que los índices bajaron después de que millones de personas murieran.
Se desenterraron restos de personas que habían muerto infectadas con la enfermedad, teorizaron una tormenta de citoquinas o hypercitoquinemia como el factor responsable por el altísimo índice de mortalidad del virus.
Las citoquinas son una especie de proteínas de control que ejercen una función reguladora en las células que las producen. Desde el crecimiento, la comunicación celular, la quimiotaxis y como en este caso, la secreción de inmunoglobulinas.
Durante una tormenta de citoquinas una respuesta en sentido directo a un estímulo se repite una y otra vez, se produce a causa de la presencia del subtipo H1N1.
Como resultado las citoquinas señalan a los macrofagos y las células-T (mecanismos de defensa contra patógenos) a dirigirse en sentido del estímulo.
Por una razón todavía no entendida por la ciencia actual, en el caso de la “tormenta de citoquinas” esta retroalimentación positiva se vuelve repetitiva en exceso, y pierde el control que normalmente el organismo ejerce sobre la misma, llevando a la producción excesiva de citoquinas y la deterioración de tejidos a causa del proceso.
El resultado, intensas fiebres, mareos y fatiga extrema llevan a la muerte, incluso, de adultos jóvenes.
Es mentira que no se podía haber evitado la pandemia, que comenzó en las últimas semanas de la guerra y se disimuló su gravedad durante los años siguientes, apareciendo y desapareciendo como si tuviera voluntad, matando personas frágiles, enfermas, niños y ancianos sobre todo.
Algunas personas vinculan el suceso a intereses varios, pero sobre todo están de acuerdo que, entre los años 1910 y 1950 se experimentó mucho con los virus y ello pudiera dar lugar a algún error por parte de algún estudioso que se le fuera de las manos o que infectara a la población por algún tipo de interés o venganza.
Se ha hablado mucho del virus del sida o vih como ejemplo al encontrase determinadas personas que habían dado positivo en exámenes posteriores en los que se había examinado la sangre y había dado positivo en vih en Congo en los años 30, Noruega año 76 y los EE.UU en el 79, lo que hace pensar que deberían de haber más caos que fueron los que contagiaron a estas personas, pero no los hubo y esto puede que demuestre que unas personas no se contagian espontáneamente, hace falta que se contagien de algún modo.
Las pandemias se producen cuando una cepa animal salta y afecta a un animal diferente, en este caso un humano, porque la utilización de cultivos celulares para producir virus, hace posible que utilizando un proceso en el que las células pueden cultivarse en condiciones controladas, se pueda experimentar para reproducir el virus animal en condiciones magistrales para que afectara a un humano.
El término "cultivo celular" se usa normalmente en referencia al cultivo de células aisladas de eucariotas pluricelulares, especialmente células animales. El desarrollo histórico y metodológico del cultivo celular está íntimamente ligado a los peptidos cultivares del cultivo de tejidos y el cultivo de órganos.
El cultivo de células animales empezó a ser una técnica rutinaria de laboratorio durante los años 50 pero el concepto de mantener líneas de células vivas separadas del tejido de origen fue descubierto en el siglo XIX, 1800.
Cualquier día nos matan otra vez, si total, les damos igual.
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