¿Qué son las líneas Hartmann?
Las llamadas "líneas Hartmann" son zonas
o franjas del terreno con perturbaciones radio-electricas naturales
dañinas para los seres vivos, según los últimos estudios uno de los
factores principales en el desarrollo de enfermedades, incluido el
cáncer.
El descubrimiento de las líneas Hartmann
En 1929, Gustav Freiherr Von Phol,
estudió la relación de la radio actividad terrestre nociva y con el
cáncer, concluyendo que las radiaciones alteradas eran las inductoras de
la enfermedad en las personas cuyas camas estaban situadas sobres
sectores del terreno que presentaban esta radiación anómala.
En 1932, Lehmann comprobó que la diferencia de potencial eléctrico del aire y el medio iónico, aparecían modificados en terrenos situados sobre corrientes de aguas subterráneas.(esta es la explicación científica de porque los zahoríes perciben las corrientes subterráneas de agua.)
En 1935 el Doctor Peyré Cody comprobó,
durante 7 años, a través de las mediciones con un electrómetro sobre las
camas de personas fallecidas por cáncer, que la concentración de iones
era 10 veces mayor que la del entorno y que la radiación, fuera cual
fuese su verdadera naturaleza, era lineal. Postuló sobre la existencia
de una malla o red de estas líneas alrededor de la tierra.
En 1951, Ernst Hatrmann, ahondó en el estudio de Peyré, y relacionó la resistencia eléctrica de personas en distintos lugares del planeta con la salud y concluyo que la salud tanto física como psíquica de las personas, depende del lugar dónde se vive.
En 1951, Ernst Hatrmann, ahondó en el estudio de Peyré, y relacionó la resistencia eléctrica de personas en distintos lugares del planeta con la salud y concluyo que la salud tanto física como psíquica de las personas, depende del lugar dónde se vive.
Hartmann profundizó en el estudio de las líneas geomagnéticas, y llegó a la siguiente conclusión:
""Puedo asegurar con plena conciencia, que en prácticamente todas las enfermedades localizadas en el transcurso de mis investigaciones, pruebas y mediciones en las que el paciente había dormido en el mismo sitio largo tiempo aparecía un cofactor causal claramente eludible mediante un diagrama geopático.""
La energía de esta red de ondas o radiaciones procedería del interior de la Tierra.
En 1960, Robert Endrös concluyó que las
radiaciones telúricas serían, fundamentalmente, la resultante de una
radiación de neutrones.
Esta radiación podría deberse a ciertos procesos nucleares de fisión natural que tendrían lugar en el interior de la tierra y provocarían la formación de partículas alfa, beta y gamma, que serían absorbidas en su mayor parte por la misma tierra, en tanto que las partículas neutras (es decir, las radiaciones de los neutrones), alcanzarían la superficie terrestre, y afectarían toda la materia.sta red de energía natural nociva, que es lo que hoy en día se conoce como Red Hartman.
En 1975, Wolfgang Strak, Salzburgo, declaraba:
"Está ampliamente demostrado que los procesos metabólicos del organismo son bioeléctricos
El microscopio electrónico ha permitido comprobar que la absorción de los alimentos por el organismo humano se debe a una diferencia de polaridad.
Esta polaridad suele alterarse en los tejidos de los seres vivos cuando estos permanecen sobre terrenos con perturbaciones geobiológicas."
A mediados de los 80, el doctor Otto Bergsmann, dirigió un estudio sobre la misma cuestión y concluyó en la relación existente entre los bajos niveles de serotonina en la sangre de los pacientes y un entorno perturbado geológicamente.
Actualmente los radioestesístas califican estos cruces de zonas anómalas o líneas Hartman como puntos geopatógenos por las implicaciones negativas que causan a un ser vivo cuando este permanece mucho tiempo sobre ese sitio.
Cuando influyen durante mucho tiempo sobre un organismo vegetal, animal o humano provocarían la aparición y empeoramiento de enfermedades.
Para que se produzcan esos efectos nocivos deben pasar períodos de tiempo largos (meses o años). Los trastornos que pueden aparecer son enfermedades crónicas (depresión) o afecciones agudas (cáncer).
En un cruce de líneas Hartmann donde coincida el paso de corrientes de agua subterránea que se cruzan, se apreciarán cambios en la radiaciones gamma e infrarroja emitidas.
Estas radiaciones de alta frecuencia son perfectamente medibles y pueden ser muy nocivas para las personas tal y como hemos visto anteriormente.
Si una persona está sobre una zona de perturbación y además se producen inclemencias meteorológicas, esta notará cambios inmediatos en las constantes vitales, que le producirán excitación e irritación continua de su sistema nervioso.(estrés)
Es por tanto imprescindible continuar con las investigaciones en este campo, para poder definir y establecer indicadores que resuman la compleja interacción de los factores geológicos con el medio y poder establecer los niveles de radiaciones por diferentes regiones.
¿Como puede alguien identificar las zonas geopatógenas?
Se pueden detectar las zonas
geopatógenas con aparatos específicos que permiten cartografiar un área
de una forma relativamente precisa: el galvanómetro puede medir
corrientes eléctricas muy tenues, y el geomagnetómetro detecta el
magnetismo de origen terrestre.
También se puede recurrir a la radiestesia, una facultad sensorial humana, con ayuda de unos instrumentos muy simples.
También se puede recurrir a la radiestesia, una facultad sensorial humana, con ayuda de unos instrumentos muy simples.
La observación del comportamiento de los animales y vegetales puede proporcionarnos algunos indicios.
Con excepción de ciertas especies a las
que parecen favorecer, los animales eluden las zonas geopatógenas y no
disponen sus madrigueras ni sus nidos en tales puntos.
El perro es un buen detector, ya que posee una antipatía natural hacia las áreas perturbadas; los gatos, en cambio, les gusta estar en zonas de alteraciones de campos telúricos, y sobre todo en los cruces de líneas Hartmann; de hecho, se adapta incluso a enclaves sometidos a irradiaciones intensas.
Las abejas producen más cantidad de miel si el panal está situado en un cruce de líneas Hartmann, si bien desde el otoño a la primavera tienden a apartarse de él.
Las termitas y hormigas buscan las zonas de mayor alteración para construir sus moradas para todo el año.
También, las plantas son sensibles a las zonas geopatógenas, las cuales dificultan su enraizamiento y crecimiento, así es habitual ver como los arboles durante su crecimiento se apartan de estas zonas de alteración telúrica.
Un seto nos puede revelar la presencia de una zona conflicto va, puesto que en ese punto amarillea y pierde vigor. Una especie muy sensible a estos es el perejil en maceta. Si se coloca en un punto erróneo no se desarrolla y se marchita rápidamente.
Otras, especies, como la sandía, la cebolla y el apio, no logran crecer en zonas de fuerte perturbación.
Los niños, especialmente los más pequeños, tienen una receptividad enorme y perciben cualquier presencia o variación en su entorno: cuando este no resulta agradable, se alejan de él y, si aún no pueden hacerlo, lo hacen saber de forma inequívoca.
"Es muy importante la continuidad de las investigaciones en este campo, para poder definir y establecer indicadores que indiquen la interacción de todos los factores geológicos con el medio y establecer el índice de las radiaciones por diferentes regiones, fundamental para frenar el avance del cáncer y muchísimas enfermedades graves "
El perro es un buen detector, ya que posee una antipatía natural hacia las áreas perturbadas; los gatos, en cambio, les gusta estar en zonas de alteraciones de campos telúricos, y sobre todo en los cruces de líneas Hartmann; de hecho, se adapta incluso a enclaves sometidos a irradiaciones intensas.
Las abejas producen más cantidad de miel si el panal está situado en un cruce de líneas Hartmann, si bien desde el otoño a la primavera tienden a apartarse de él.
Las termitas y hormigas buscan las zonas de mayor alteración para construir sus moradas para todo el año.
También, las plantas son sensibles a las zonas geopatógenas, las cuales dificultan su enraizamiento y crecimiento, así es habitual ver como los arboles durante su crecimiento se apartan de estas zonas de alteración telúrica.
Un seto nos puede revelar la presencia de una zona conflicto va, puesto que en ese punto amarillea y pierde vigor. Una especie muy sensible a estos es el perejil en maceta. Si se coloca en un punto erróneo no se desarrolla y se marchita rápidamente.
Otras, especies, como la sandía, la cebolla y el apio, no logran crecer en zonas de fuerte perturbación.
Los niños, especialmente los más pequeños, tienen una receptividad enorme y perciben cualquier presencia o variación en su entorno: cuando este no resulta agradable, se alejan de él y, si aún no pueden hacerlo, lo hacen saber de forma inequívoca.
"Es muy importante la continuidad de las investigaciones en este campo, para poder definir y establecer indicadores que indiquen la interacción de todos los factores geológicos con el medio y establecer el índice de las radiaciones por diferentes regiones, fundamental para frenar el avance del cáncer y muchísimas enfermedades graves "
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