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sábado, 15 de diciembre de 2012

Silencio en el ejercito.

El teniente coronel A. L. B prefiere que quede en el más absoluto anonimato, fuera de los círculos normales de la exopolítica llevada a cabo por nuestro ejercito, puesto que es más fácil dejar por loco y arruinar la vida a alguien influyente, que intentar hacer creer a la humanidad, que no estamos solos en el universo.


El  teniente coronel explicaba, que según la versión oficial, el accidente había sucedido en un vuelo rutinario de entrenamiento mientras practicaban ejercicios.

Lo que ha tenido unos años en el más absoluto retiro, pagado y condecorado, fue lo que en realidad pasó.

Según el teniente coronel A, ese día estaban probando la nueva tecnología europea de invisibilidad en vuelo, exactamente casi la misma técnica óptica que utilizan en los estados unidos, o como un efecto de transparencia electromagnéticamente inducida, como lo hacen en Escocia, o los caros metamateriales, que son materiales artificiales que presentan propiedades electromagnéticas inusuales por el diseño específico en su estructura y no por sus constituyentes, como podría ser el obtener el mismo efecto con cámaras, distribuidas que captaran lo que hubiera a 360º para lograr un camuflaje térmico.

Y en ello estaba el teniente coronel, en una especie de ejercicio de prueba de la combinación de diversas tecnologías, cuando de repente, sin que ningún detector de radar diera señal,  un objeto volador no identificado apareció y se colocó por debajo de sus nueve.

El ovni apareció justo donde estaba mirando, rápidamente lo señalé con el vídeo cordón que llevan los aparatos, para que no quedara lugar a duda de que estaba viendo un objeto volador no identificado, aunque lo pudiera ver a la perfección.

El ovni empezó a dar vueltas sobre mi aeronave, parecía un globo a cámara lenta mientras hacía piruetas increíbles alrededor de mi reactor, después de que se me pasara el pánico, incluso pensé en cómo sería poder pilotar aquel dichoso artefacto, que me tenía con el estómago encogido y el corazón a 180.

Después de 10 minutos, justo cuando me anunciaban por radio la proximidad de un escuadrón que mandaron a "investigar" comenzó la batalla más absurda que he vivido y visto en mi vida.

Nos ordenaron derribar el ovni, creo que hasta sonreí cuando recibí la orden, pensaba, cómo vamos a poder derribar a algo que ni podemos detectar, ni acercarnos, ni volar tal y como lo hacía el maldito aparato.

Era imposible para la aerodinámica hoy en día que ningún aparato terrestre pudiera hacer esas maniobras.

Todo terminó con 8 cazas derribados y la sensación de que habíamos sido apaleados de un modo fácil, sin problemas, como si hubiéramos sido su ejercicio, completamente inútiles ante tal desarrollo tecnológico.

Diez años después, sigo sin querer hablar mucho de aquello que pasó, siempre te miran con cara de que estuvieras loco, aunque lo vean, decía el teniente coronel A

El ejercito niega cualquier enfrentamiento con extraterrestres y que los 8 cazas derribados aquél día fueran derribados en aquél suceso.


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